lunes, 7 de junio de 2010

MEDITACIÓN ANTE EL SANTÍSIMO SACRAMENTO:





Señor Jesús, estás aquí…Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor!!!
Estás aquí, estás junto a nosotros. Y nosotros, por la fe y por el amor, queremos en esta bellísima tarde permanecer junto a Ti.
Señor Jesús, hace más de dos mil años, aceptaste subir a una Cruz de infamia por nuestro amor, para resucitar después y quedarte junto a nosotros para siempre…Quédate junto a nosotros en esta tarde, porque anochece ya, porque nos amenazan tantas sombras y Tú eres la Única Luz.
Señor Jesús, Amor Eucarístico, te contemplamos, te adoramos, te amamos. Buscamos amarte más y más…Queremos decirte desde el fondo de nuestro corazón, mirándote en la Hostia Santa: ¡¡Señor mío y Dios mío!!

Queridos Hermanos y Hermanas miremos a Jesús, miremos a Aquel que durante la última Cena nos ha entregado su Cuerpo y su Sangre para permanecer con nosotros todos los días “hasta el fin del mundo”. (Mt 28, 20)

Adoremos a Jesús…Él es el inicio y el fin de nuestra vida y de nuestra fe. Sin Jesús no estaríamos esta tarde aquí, orando con un solo corazón y una sola alma por la paz en el mundo, en las familias, en nuestros corazones… Sin Jesús no seríamos nada, Sin Él no existiría nada, nada, absolutamente nada. Jesús es el Verbo, la Palabra de Dios, por medio de la cual todo fue llamado a la luz de la existencia. Por hemos sido creados y redimidos y llamados al Cielo. Llamados a participar de su Vida.


Señor Jesús, te amamos, buscamos amarte más y más…sea que caminemos o estemos clavados contigo en el lecho del dolor, sea que caminemos con gozo o estemos en un profundo desierto de alma…Señor te pedimos que nos recibas en esta tarde a todos en las entrañas de tu Amor, en tu Sagrado Corazón que está viviente y palpitante en esta pequeña y blanca Hostia. Señor recíbenos muy dentro de tu infinito Amor: en el Amor que te une al Padre y al Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

La Hostia Santa expuesta ante nuestros ojos proclama este poder infinito de tu Amor. La Hostia Santa nos habla de tu abajamiento, ¡cuánto te abajaste para conquistarnos con tu amor!! Desde el pobre pesebre de Belén hasta el Trono de la Cruz…Hasta hacerte humilde Pan por nosotros…

María, Mujer Eucarística, Llena de Gracia, tú entregaste todo tu ser para que Jesús pudiera venir y quedarse con nosotros. Tú nos traes a Jesús, regálanos a tu Hijo en esta tarde, ¡¡necesitamos a Jesús!! ¡¡Queremos que Reine su Sagrado Corazón en nosotros, en nuestras familias, en nuestra Patria…en el mundo!!

Virgen Santa mientras desgranamos las Rosas perfumadas de tu Santo Rosario ayúdanos a mirar contigo y en Ti a Jesús. Virgen Santa ayúdanos a adorar, ayúdanos a amar, a amar más todavía a Jesús que nos amó hasta el fin…hasta entregarnos la última gota de su Sangre Preciosa.

Antes de la Bendición con el Santísimo Sacramento:

Queridos Hermanos y Hermanas: En esta bellísima tarde, ante este Rosario iluminado, María, la Reina de la Paz, nos dice:
“Ven, déjate llamar por el Maestro. Ven, déjate bendecir por el Salvador. El está aquí y te llama. El está aquí y te ama. Jesús quiere bendecirnos en esta tarde, bendecir a nuestras familias,a nuestros niños esperanza de nuestro pobre mundo, a nuestros jóvenes, a nuestros enfermos, a nuestros queridos abuelos…María nos regala a su Hijo que nos bendice y nos salva… Jesús quiere entrar con esta bendición en nuestra vida, en nuestro corazón… Dejémonos atraer por El, dejémonos que El nos ilumine…No rechacemos su Amor.

Enviada por mi amigo y hermano en Xto. Fray Marcos Antonio Foschiatti.

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