martes, 24 de agosto de 2010

La oración de las Almas del Purgatorio


Hermoso texto enviado por mi amigo y Reverendo Pater Fray Marcos. Gracias Pater por estas hermosas palabras.

Mi Ángel de la guarda se acercó a mí y me dijo con gran gravedad:

Reza mucho por las almas del Purgatorio que rezan tanto por vosotros. Ellas están muy olvidadas, demasiadas personas olvidan su deber de rezar por esta intención, demasiadas personas se muestran ingratas.

Con un gesto de la mano, me hizo ver –en una visión interior muy clara- a las benditas almas del Purgatorio sumergidas en el gran y constante fuego del Amor Infinito. Y he contemplado su oración. Aunque esto me resultaba muy claro, no sé cómo lo percibía. Durante muchos años, no he sabido que las almas del Purgatorio rezan por nosotros, porque esta idea nunca se me había ocurrido: yo creía que ellas padecían su pena sin más. Y sin embargo, su oración muy intensa, es muy diferente que la nuestra. Es incomparablemente más bella, más verdadera, más rica de armonía y unidad, ya que no se mezcla como la nuestra con nada de sensibilidad.

Esta oración de las almas del Purgatorio es como un surgir, una efusión en ellas de la Caridad divina que las reviste enteramente, consumiéndolas de amor. Rezan a la vez con una gran alegría y un gran dolor, que es su condición misma, su estado, y yo creo que uno no puede tener idea, más que pensando en San Pablo cuando dijo que exultaba de gozo en las tribulaciones y en las pruebas. Es muy misterioso, pero es así.

He visto que las Benditas almas del Purgatorio rezan constantemente, en una súplica serena y desinteresada: lo que reciben de este amor divino que las colma, quieren darlo a los demás, no quieren jamás retener nada para ellas mismas porque, de alguna manera, no tienen ningún interés propio, únicamente dar gloria infinita a Dios; y la Gloria de Dios es la expansión del Amor infinito en las almas, es la expansión del Reino de Dios. Tienen también una extrema compasión de sus semejantes que están con ellas, y de todas las personas que han conocido aquí abajo, de todos los miembros de la Iglesia militante cuya salvación eterna desean con ardor, con amor; para que Dios sea glorificado. Ellas rezan por todo esto. Después, el Ángel me habló de lo que dice la liturgia sobre el Purgatorio:

Las benditas Almas del Purgatorio están ahí, en constante oración, todo en ellas es oración, porque están completamente entregadas a la Pura Voluntad de Dios. Se unen de manera particular a todas las celebraciones litúrgicas de la tierra, y estas fiestas de la Iglesia marcan para ellas un cierto ritmo, aunque no conocen ya la medida del tiempo. La liturgia de las almas del Purgatorio está fundada en la adoración de la Justicia y de la Santidad de Dios, y es estrechamente calcada por las manifestaciones litúrgicas de la Iglesia militante.
Su oración es una adoración muy pura, unida a la alabanza de acción de gracias que ellas elevan constantemente hacia el Altísimo para su salvación: ellas celebran las Misericordias del Señor. Rezan unas por otras, pero no por ellas mismas, ya que están todas arrebatadas en la Pura Voluntad de Dios y como olvidándose de sí mismas totalmente. Pero imploran sin cesar la liberación de los otros, porque arden de caridad unas por otras y de celo por la Gloria de Dios. Saben que toda liberación de un alma del Purgatorio contribuye a la Gloria de Dios y esta glorificación del Señor es de alguna manera su única preocupación. Desligadas de todos los obstáculos de la sensibilidad y de la concupiscencia, estas almas benditas pueden rezar unas por otras a la luz de un amor perfecto.

Con ocasión de algunas fiestas, y especialmente, las de la Santísima Virgen María, hay muchas almas que son liberadas; es esta ocasión de grandes alegrías para todo el Purgatorio. Cada Misa aporta también a estas almas numerosos consuelos, especialmente aquellas que se celebran por su intención y, particularmente, las del 2 de noviembre. Las Almas no cesan de dar gracias a Dios y de rezar por la intención de aquellos que rezan por ellas: son asiduas en pedir a Dios la conversión y la santificación de todos los hombres e incluso pueden dirigirse a la Santísima Virgen Madre de Dios y a los Santos para pedirles su intercesión a favor de todos vosotros que estáis todavía en la tierra.
Esta es la gran oración de las Almas del Purgatorio, que se nutre del fuego de la Caridad divina y que se ejerce para Gloria de Dios, por la extensión de su Reino y la salvación de todas las Almas.

La oración de las Almas del Purgatorio es perfectamente humilde, perfectamente confiada, y perfectamente agradecida. Es, ante todo, oración de acción de gracias, glorificación incesante de la Santidad de Dios. Las Almas están estáticas en esta contemplación por una elección absoluta: ellas saben que conocerán a Dios cara a cara, y permanecen postradas ante la Santidad de Dios en una actitud de profunda humildad. Se saben indignas de la Misericordia de Dios, tienen necesidad de purificación, una purificación dolorosa, que les hará al fin capaces de poseer a Dios. Todo esto las mantiene en una profunda humildad y rezan muy humildemente.

Mi ángel nuevamente me dice:

Son los anhelos de agradecimiento ya que las Benditas Almas del Purgatorio gozan intensamente en el seno de los dolores más vivos: sienten la dicha y la alegría de estar salvadas para siempre, en un continuo agradecimiento por este don de la salvación.
Ellas dan gracias sin cesar a Dios por todas las gracias que les ha concedido en este estado del Purgatorio que ellas aman: su ciencia es más grande y más completa, saborean algunos misterios que para vosotros son todavía de fe, porque los experimentan y los conocen. Reciben innumerables socorros de toda la Iglesia, del Cielo y de la tierra: éstos son efectos de la irrompible comunión de los Santos, y dan gracias al Altísimo, en perpetuos anhelos de agradecimiento.
Observa cómo la oración de las Almas del Purgatorio: ¡Es tan hermosa, pura, serena, tan perfecta! Estas son las grandes dichas del Purgatorio que no excluyen para nada la pena, el gran sufrimiento de satisfacción, pero que son como luces en la noche, como testimonios del amor infinito de Dios…

Y me dije, consolado, para mis adentros: ¡Ahh…el Purgatorio es un mundo de oración! Para las Benditas Almas la oración es el lenguaje de la Divina Caridad, en el ardiente Amor de Dios. ¡Dios mío, si pudiéramos rezar así, con tanto fervor y amor como las Benditas Almas del Purgatorio

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