domingo, 25 de octubre de 2015

!Viva Cristo Rey!

Mar del Plata 25 de Octubre de 2015


Como manda la Tradición de la Iglesia hoy recordamos y aclamamos a Nuestro Señor Jesucristo como Rey del Universo, Rey de nuestro Mundo, Rey de Nuestra Patria, Rey de Nuestras Familias, Rey de nuestra sociedad. Nos catolicos tradicionales deseamos que el Reino de Cristo, nos algo lejano, algo que llegue después del Día del Juicio, Cristo debe reinar ya entre nos fieles catolicos, y para que eso ocurra cada uno de nos debe ser un soldado y una miliciana de Cristo.
Dando ejemplo con nuestras vidas, ejemplo en nuestras familias, de que si se puede vivir la sana doctrina a pesar y muy a pesar de los "señores" de este mundo.
Por eso a pesar que nos persigan, que nos metan palos en el camino y si es necesario aunque maten nuestro cuerpo, nuestros corazones, nuestra alma siempre gritaran. !Viva Cristo Rey! Sean aplastados los servidores de la antigua serpiente, los servidores de Lucifer. Que todos los servidores del reino de las tinieblas, ya sean laicos, religiosos,  clérigos modernistas, herejes de todo tipo y color, infieles, apostatas, ateos, impíos, sean aplastados por el triunfo final del Inmaculado Corazón de Maria y de Cristo Rey. JL. Ventrice. Sépanlo Cristo Reinara. Gott mit Uns!!!.


Oración de Consagración a Cristo Rey.

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados delante de vuestro altar; vuestros somos y vuestros queremos ser y a fin de poder vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamentenos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. Oh Jesús benignísimo, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Sacratísimo.

Oh Señor, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.

Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos: devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.

Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto: descienda también sobre ellos como bautismo de redención y de vida, la sangre que un día contra sí reclamaron.

Conceded, oh Señor, incolumidad y libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz:

¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud, a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!
Amén.
S.S. León XIII


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