jueves, 1 de mayo de 2014

1 de Mayo Santa Maria Patrona de Baviera.

Esta imagen de nuestra Señora de Baviera conmemora el triunfo de las tropas católicas, sobre los herejes Protestantes en la Guerra de los 30 Años. Así Baviera y gran parte del sudoeste y sudeste alemán, permanecieron fieles a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, fuera de la cual no hay salvación.
Hoy te pedimos querida Santa Maria Reina por todos los catolicos de buena voluntad que tratan de luchar contra nuevas formas de herejía que infectan la Iglesia, cubierta del lodo de la blasfemia, la impiedad y la falta de fe en Cristo Rey y Maria reina, en Europa, América y el orbe entero, tus fieles hijos devotos, Santa Maria Reina, rogamos con corazon sincero para la pronta restauración e instauración de todo en Cristo.
Y que los enemigos de la Santa madre Iglesia externos e internos, sean desenmascarados y caiga sobre ellos el castigo que merecen por servir a satanás.
!Viva Cristo Rey! ¿Viva Santa Maria Reina! Gott mit uns! Dios así lo quiera!!!

Oración

¡Santa Madre del Señor!
Nuestros ancestros, en un tiempo de problemas, erigieron aquí tu estatua, en el mismo corazón de Munich, y confiaron la ciudad y el país a tu cuidado. Ellos quisieron encontrarse contigo una y otra vez a la largo de los caminos de su vida cotidiana, y para aprender de ti el recto camino para vivir, para encontrar a Dios y para vivir en armonía. Ellos te dieron una corona y un cetro, que en aquel tiempo fueron símbolos de dominio sobre el país, porque sabían que el poder y dominio están así en buenas manos, en las manos de una Madre.
Tu Hijo, justo antes de despedirse de su discípulos, les dijo: “Quien quiera ser grande entre ustedes debe ser su siervo, y quien quiera ser el primero entre ustedes debe esclavo de todos” ( Mc 10, 43-44). En esta hora decisiva de tu propia vida, tú dijiste: “He aquí la sierva del Señor” ( Lc 1,38). Viviste toda tu vida como servicio. Y continúas haciéndolo así a través de nuestra historia. En Caná, intercediste silencia y discretamente por los esposos, y así continúas haciéndolo. Tú tomas sobre ti las necesidades y preocupaciones de las personas y las conduces ante el Señor, ante tu Hijo. Tu poder es bondad. Tu poder es servicio.
Enséñanos –a grandes y pequeños– a asumir y llevar adelante nuestras responsabilidades de la misma manera. Ayúdanos a encontrar la fuerza para ofrecer reconciliación y perdón. Ayúdanos a hacernos pacientes y humildes, pero también libres y valientes, tal como lo fuiste a la hora de la Cruz. En tus brazos está también el Señor del mundo. Sosteniendo al Niño que nos bendice, tú misma te haces bendición. ¡Bendícenos, a esta ciudad y a este país! ¡Muéstranos a Jesús, el fruto bendito de tu vientre! Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén".
Texto original en alemán
Fuente: Sala de Prensa de la Santa Sede
De su Santidad el Papa Benedicto XVI. Larga vida y prosperidad al Sumo pontífice de la Santa madre Iglesia. Nuestro Papa Benedicto XVI.

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