sábado, 19 de mayo de 2012

Nuestra Señora de Lasalette
"En el siglo diecinueve, hacia su final, y a través de la mayor parte del siglo veinte, muchas herejías abundarán en esta tierra, que será entonces una república libre. La preciosa luz de la Fe se extinguirá en las almas debido a la casi total corrupción de las costumbres. Para entonces habrán grandes calamidades, físicas y morales, públicas y privadas. Las pocas almas que preservarán la devoción a la Fe y las virtudes sufrirán cruel e indescriptible congoja, algo así como un prolongado martirio; muchos de ellos irán a la tumba debido a la violencia del sufrimiento y serán considerados mártires que se sacrificaron a sí mismos por la Iglesia y la Nación. Para obtener la libertad de la esclavitud de esas herejías, aquellos a quienes el misericordioso amor de mi Santísimo Hijo haya destinado para tal restauración necesitarán gran fuerza de voluntad, constancia, valor y mucha confianza en Dios. Para probar la Fe y Confianza del Justo, momentos vendrán en que todo parecerá perdido y paralizado, pero esto será señal del feliz comienzo de la restauración completa. Y entonces mi hora habrá llegado para destronar al orgulloso Satán de manera sorprendente, aplastándolo bajo mi pie y encadenándolo en los abismos infernales, liberando así finalmente a la Iglesia y la Nación de su cruel tiranía"