Mar del Plata 1 Sábado de Septiembre del Año del Señor 2018.
Reflexión Nº 1
Todos comían, bebían, bailaban, reían, mientras se blasfemaba a Dios y a su Santísima
En que mundo estamos viviendo, donde se dio vuelta la cara a Dios, donde se desprecia su ley, su palabra y su amor hacia nosotros.
Un mundo, donde muchos catolicos, de manera directa o indirecta, apostatan, muchos otros son indiferentes, tibios ante las profanaciones y las blasfemias, que diariamente se llevan a cabo y se infieren, no solo contra la Iglesia como institución Divina y Terrenal, sino aun peor, directamente contra Nuestro Señor y Nuestra Señora.
Un mundo frió en caridad y seco de fe, un mundo ávido de placeres materiales, lleno de lascivia, egoísmo, donde lo material ahoga los espíritus, apaga la fe, y aleja al hombre cada vez mas de Dios.
El hombre se cree dios y centro de todo lo creado, pensando que sus tristes inventos lo llevan a dominar la creación... Soberbia del demonio.
Que mundo es este donde los padres le dan escorpiones a sus hijos y donde los hijos deshonran a sus padres, donde la Ley y los mandamientos de Dios, son cuestionados, pisoteados, ultrajados por los muchos que aun así se dicen cristianos y otros que siéndolo se alejan del libro de la vida.
En este mundo de hoy donde el demonio, nos muestra como dominando todo, pudiendo con todo, manejándolo todo, donde imperan los egoísmos, los odios, las divisiones, donde el hombre ve bien lo que desde siempre ha sido mal, donde muchos pastores han perdido su rumbo y no saben o no quieren guiar a sus rebaños.
Si los pastores pierden la fe que pueden dar a sus ovejas, nada y es ahí en ese profundo vació donde el demonio entra en las almas de los hombres y los aleja de Dios, mostrando que solo lo que nos ofrece el mundo es maravilloso y que lo que nos ofrece Dios es cosa muerta, cosa inservible, que nos aleja del gozo pleno de las cosas materiales a las que tenemos derechos por el solo hecho de ser hombres...
Este antropocentrismo salvaje a donde nos esta llevando a ser tan pobres y miserables, creyéndonos todo lo contrario. El diablo nos muestra belleza, donde solo hay fealdad e inmundicia, nos muestra el gozo y la salvación, donde solo hay una amplia avenida a la perdición.
Donde ha quedado lugar para Dios en este mundo que adora la materia, el hombre se aleja de dios y se olvida que sin Dios su vida no es nada, pues que es un segundo en la eternidad, nada.
El hombre hoy vive como si fuera eterno, todo poderoso, como que su vida no fuera finita, sino infinita, como que es solo materia, donde el alma no existe, negando la vida eterna, tanto la salvación como al condenación, lo único que existe es ese segundo de placer al que llamamos vida.
No existe ni temor, ni amor a Dios, los que aun creen piensan y se ufanan en la infinita misericordia de Dios, pensando que su amor infinito, que así lo es, va a permitir que le ultrajemos, le despreciemos, vivamos una vida sin Dios y al fin de este miserable segundo, en este triste valle de lagrimas, Dios perdonara absolutamente sin justicia, sin castigo todo ultraje que hayamos cometido...
Que mal que están los cristianos que piensan de ese modo, son tan horribles, como los ateos, los descreídos, los apostatas.
Todos los placeres que satanás nos ofrece por derecho de ser hombres, son piedras que vamos cargando en nuestras mochilas y que nos van alejando cada vez mas y mas de Dios y nos van acercando cada vez mas al fuego del infierno... Satanás con sus dulces palabras derechos del hombre, derecho a gozar de nuestra vida, de nuestro cuerpo, de todo lo que inventamos para nuestra comodidad y que tampoco gozan todos los hombres, egoísmo y soberbia.
O que infelices somos pues cada día nos alejamos mas y mas de Dios y no nos damos cuenta, que sin Dios nuestra vida pierde sentido, pierde trascendencia, se hunde en el lago de la perdición eterna.
Dios sea con nosotros, nos haga perseverantes en la fe y templados frente al pecado y las tentaciones. Jose Luis Ventrice.