jueves, 12 de agosto de 2010

Medalla de san Benito y oracion exorcismo






La medalla de San Benito, contra el demonio
«Los sacramentales son signos sagrados, por los que, a imitación en cierto modo de los sacramentos, se significan y se obtienen por intercesión de la Iglesia unos efectos principalmente espirituales» (Código de Derecho Canónico, can 1166). «La santa Madre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida» (Catecismo de la Iglesia Católica, 1667).

ORACIÓN DE LA CRUZ

(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Santa Cruz del Padre Benito.
La Santa Cruz sea mi Luz.
No sea el dragón mi guía. Apártate, satanás; no sugieras cosas vanas; venenosa es tu carnada, bebe tú mismo el veneno. Paz.

(signo de cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


ORACIÓN PARA OBTENER GRACIAS

Tu Pasión y Muerte nos has liberado de la esclavitud del demonio y, mediante los prodigios de la Cruz, has glorificado a tu sirviente Benito otorgándole un poder ilimitado sobre las potestades infernales, concédenos, te suplicamos, mediante la interseción de este santo, la victoria en la lucha asidua que sostenemos, no sólo contra el demonio, nuestro principal enemigo, sino también contra las doctrinas perversas y los malos ejemplos de la vida licenciosa, especialmente del hablar obsceno y del vestir inmodesto, con los cuáles los hombres de mala voluntad buscan perjudicar nuestras almas y nuestros cuerpos.
San Benito, especial protector nuestro, intercede por nosotros y ruega a Jesús nos conceda las gracias especiales necesarias para nuestra alma y nuestro cuerpo.

- Padre Nuestro, Avemaría y Gloria


ORACIÓN PARA CONFIARSE A SAN BENITO

Oh, Santo Padre Benito, que ayudas a cuantos acudimos a ti! Acógeme bajo tu protección; defiéndeme de todo mal que aceche mi vida; obtenme la gracia del arrepentimiento de mi corazón y una verdadera conversión para reparar las culpas cometidas, y para alabar y glorificar a Dios todos los días de mi vida. Hombre con corazón como el de Dios, recuérdame allá en lo alto porque, perdonados mis pecados, me devuelves la estabilidad en el bien; no permitas que me separe de él, acógeme en el coro de los bienaventurados, junto a ti y al grupo de los santos que han ido detrás tuyo hacia la eterna beatitud. Dios omnipotente y eterno, por los méritos y el ejemplo de San Benito, de su hermana, la virgen Escolástica y de todos los santos sacerdotes renueva en mí Tu Santo Espíritu; dame fortaleza en el combate contra las tentaciones del maligno, paciencia en las tribulaciones de la vida, prudencia en los peligros. Aumenta en mí el amor a la castidad, el deseo de la pobreza, el ardor en la obediencia, la humilde fidelidad en la observancia de la vida cristiana. Confortado por ti y sostenido por el amor de mi prójimo, puedo servirte alegre y unirme victorioso en la Patria Celestial a todos los santos. Por Cristo, Nuestro Señor.
Amén.

LETANÍAS A SAN BENITO
(Patrono de los exorcistas)

Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos
Cristo, satisfácenos Cristo, satisfácenos
Dios, Padre del Cielo Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo Ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo Ten piedad de nosotros
Santísima Trinidad, único Dios Ten piedad de nosotros
Santa María Ruega por nosotros
Santo Padre Benito Ruega por nosotros
Gloria de los Patriarcas Ruega por nosotros
Compilador de la Santa Regla Ruega por nosotros
Retrato de todas las virtudes Ruega por nosotros
Ejemplo de perfección Ruega por nosotros
Perla de Santidad Ruega por nosotros
Santo Padre Benito Ruega por nosotros
Aiuto nelle tribolazioni Ruega por nosotros
Estrella que brilla en la casa de Dios Ruega por nosotros
Inspirador de muchos Santos Ruega por nosotros
Serafin de fuego Ruega por nosotros
Querubín transformado Ruega por nosotros
Autor de cosas maravillosas Ruega por nosotros
Santo Padre Benito Ruega por nosotros
Dominador de los demonios Ruega por nosotros
Modello di Cernobiti Ruega por nosotros
Sradicatore di idoli Ruega por nosotros
Onore dei confessori della fede Ruega por nosotros
Consolatore delle anime Ruega por nosotros
Santo Padre Benedetto Ruega por nosotros
Benedetto di nome e di grazia Ruega por nosotros

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ¡perdónanos, Señor!
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor!
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ¡ten piedad de nosotros, Señor!

» Antífona Bajo tu amparo nos acogemos, ¡oh Santo Padre Benito! No desprecies nuestras súplicas en todas nuestras necesidades y tribulaciones. Acude en nuestra ayuda en la lucha contra el enemigo maligno y ayúdanos a alcanzar, en el nombre del Señor Jesucristo, la vida eterna.
V. Él está bendecido por Dios.
R. Que defiende desde el cielo a Todos sus hijos.

» Oremos Dios Omnipotente y Eterno, que has honrado a tu amado San Benito con el don de Tu gran Amor para que vengan hacia Ti innumerables almas, humildemente Te suplicamos por sus méritos, que inflames y consumas nuestros corazones con el fuego de Tu Amor. Por Cristo, nuestro Señor.


BENDICIÓN DE LA CRUZ DE SAN BENITO

Esta bendición forma parte del ritual de la Iglesia Católica y solamente puede ser recitada por un Sacerdote.

(signo de cruz) In nòmine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen

V.Adjutòrium nostrum in nòmine Dòmini.
R. Qui fecit caelum et terram.

Exorcizo vos, numismata, per Deum + Patrem omnipoténtem, qui fecit caelum et terram, mare et òmnia, quae in eis sunt. Omnis virtus adversàrii, omnis exércitus diàboli et omnis incùrsus, omne phantàsma sàtanae, eradicare et effugare ab is numismàtibus: ut fiant òmnibus, qui eis usùri sunt, salus mentis et còrporis : in nòmine Patris + Omnipotentis, et Iesu + Christi Filii ejus, Dòmini nostri, et Spiritus + Sanctus Paràcliti, et in caritàte ejusdem Dòmini nostri Jesu Christi, qui ventùrus est judicare vivos et mòrtuos, et saeculum per ignem.
R. Amen.

Kyrie, Eleison. Christe, Eleison. Kyrie, Eleison.

V. Dòmine, exàudi orationem meam.
R. Et clamor meus ad te vèniat.

V. Dòmine vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.

Oremus: (Oratio)
Deus omnipotens, bonòrum òmnium largìtor, sùpplices te rogàmus, ut per intercessiònem sancti Benedicti his sacris numismàtibus tua benedictiònem +infùndas, ut omnes, qui ea gestàverint ac bonis opéribus inténti fùerint, sanitàtem mentis et còrporis, et gràtiam sanctificatiònis, atque indulgéntias (nobis) concéssas cònsequi merentur, omnésque diàboli insìdias et fraudes, per auxilium misericòrdiae tuae, stùdeant devitàare et in cospéctu tuo sancti et immaculàti vàleant apparére. Per Christum Dòminum nostrum.
R. Amen.

(signo de cruz) In nòmine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen

De los símbolos nace la fuerza de la fe

El origen de la medalla de San Benito es muy antiguo.

Seguramente proviene de la eficaz señal de la Cruz que hacía el Patriarca contra los asaltos del demonio, narrados por S. Gregorio.
Benedicto XIV, diseñó esta medalla.
[Medalla] En el anverso lleva la efigíe del Santo, con la Cruz en la derecha y la Regla en la mano izquierda; a su derecha, una copa de donde huye una serpiente (recuerdo del vino envenenado del que se salvó milagrosamente); a la izquierda, un cuervo se lleva el pan envenenado. Por debajo se leen las palabras: "EX S.M. CASINO MDCCCLXXX" (Dal Sacro Monte Cassino 1880). A los dos lados "CRUX SANCTI PATRIS BENEDICTI" (Cruz del Santo Padre Benito). Alrededor de la imagen: "EIUS IN OBITU NOSTRO PRAESENTIA MUNIAMUR" (Defiéndonemos en la hora de nuestra muerte con tu presencia).

[Medalla] En el reverso de la Medalla se representa una Cruz, que lleva en sus brazos algunas inscripciones, cuyas explicaciones son las siguientes:

C.S.P.B.: CRUX SANCTI PATRIS BENDICTI
Santa Cruz del Padre Benito

C.S.S.M.L.: CRUX SACRA SIT MIHI LUX
La Cruz Santa sea mi luz

N.D.S.M.D.: NON DRACO SIT MIHI DUX
No sea el dragón (demonio) mi guía

V.R.S.: VADE RETRO SATANA
¡Apártate, satanás!

N.S.M.V.: NON SUADE MIHI VANA
No me persuadas de cosas vanas

S.M.Q.L.: SUNT MALA QUAE LIBAS
Venenoso es lo que ofreces

I.V.B.: IPSE VENEA BIBAS
Bebe tu propio veneno

En el fondo de la cruz está escritto "PAX": lema de la Congregación benedictina y luego de toda la Orden benedictina.

Los tres versos citados, en dísticos elegíacos con rima interna, forman parte de una serie muy antigua, al menos del siglo XIV, que acompaña, en un códice, la figura de un monje que con la cruz aleja la tentación. Estos versos bien expresan la confianza de los fieles en el patrocinio de San Benito contra los peligros espirituales y materiales provocados por el demonio.
En el reverso de la medalla, sobre la Cruz –y a su alrededor– se hallan escritas las letras iniciales de un poderoso exorcismo. La Medalla de San Benito recuerda a los fieles que la llevan consigo la presencia constante de Dios y Su protección. El significado de las iniciales es el siguiente:

C.S.P.B.
Crux Sancti Patris Benedicti.
Cruz del Santo Padre Benito.

C.S.S.M.L.
Crux Sancta Sit Mihi Lux.
La Cruz Santa sea mi luz.

N.D.S.M.D.
Non Draco Sit Mihi Dux.
No sea el dragón [demonio] mi duque [guía].

V.R.S.
Vade Retro Satana!
¡Apártate de mí, Satanás!

N.S.M.V.
Numquam Suade Mihi Vana.
Nunca me persuadirás cosas vanas.

S.M.Q.L.
Sunt Mala Quae Libas.
Las bebidas que tú ofreces son malas.

I.V.B.
Ipse Venena Bibas.
Bébete el veneno tú mismo.

Breve historia de la Medalla

En la vida de San Benito escrita por San Gregorio Magno, el santo abad muestra una especial devoción hacia la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, signo de nuestra salvación. En uno de los milagros narrados por su biógrafo, un vaso que contenía veneno se quiebra cuando San Benito hace la señal de la cruz sobre él. En otra oportunidad, uno de sus discípulos fue perturbado por el maligno, y el santo le manda hacer la señal de la cruz sobre su corazón para verse librado. En su Regla de los monjes, San Benito indica que cuando un monje iletrado presenta su carta de profesión monástica ante el altar, debe usar como firma una cruz. Estos y otros indicios invitaban a los discípulos del abad San Benito a considerar la Cruz como una señal bienhechora que simboliza la pasión salvadora de Cristo, por la cual fue vencido el poder del mal y de la muerte.

Las investigaciones históricas sobre el origen de la Cruz-Medalla de San Benito han determinado que su difusión comenzó probablemente en la región de Baviera hacia el año 1647. En esa región, durante el proceso judicial seguido a unas hechiceras, éstas declararon que no habían podido dañar a la cercana Abadía de Metten, porque estaba protegida por el signo de la Santa Cruz. En dicho monasterio se hallaron pinturas con representaciones de la Cruz junto a las iniciales que acompañan a la Medalla. Pero las misteriosas letras no pudieron ser interpretadas hasta que en un manuscrito de la biblioteca se encontró la imagen de San Benito y la oración compuesta por las iniciales. En realidad, un manuscrito del siglo XIV procedente de Austria, que aún se conserva, parece haber sido el origen de la imagen y de la oración. En el siglo XVII un importante autor la tuvo por supersticiosa, debido justamente a los enigmáticos caracteres que acompañan a la imagen. Pero, en el año 1742 el Papa Benedicto XIV decidió aprobar el uso de la Cruz-Medalla de San Benito, y mandó que la oración usada para bendecirla se incorporase al Ritual Romano.

En el siglo XIX se dió un renovado fervor por la Medalla de San Benito. En los trabajos escritos de Dom Prosper Guéranger, abad de Solesmes, y de Dom Zelli Iacobuzzi, de la Abadía de San Pablo Extramuros (Roma), se estudia detenidamente el origen y la historia de la medalla. Desde este ultimo monasterio, verdadero foco de irradiación benedictina en aquella época, se difundió también la devoción a la Medalla. La representación más popular de la misma es la llamada “medalla del jubileo”, diseñada en la Abadía de Beuron (Alemania), y acuñada especialmente para el Jubileo benedictino del año 1880, conmemoración del XIV centenario del nacimiento de San Benito. Los superiores benedictinos de todo el mundo se reunieron para aquella ocasión en la Abadía de Montecasino, y desde allí la Medalla se diseminó por todo el mundo.

Santo Tomás de Aquino, «Suma Teológica» II-II Qu.95-96.

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