[In Exspectatione] Apelación vibrante y, a su vez, ponderado diagnóstico de una crisis que ni los peores agoreros hubieran previsto hace unas décadas. Describe con no huraño verismo las condiciones en las que hoy se desenvuelve esa piedad ausente de los templos mayores, de las parroquias.Y propone algo concreto.
Publicado originalmente en Radio Spada, al pie del texto original puede leerse la lista de los adherentes.
Nos dirigimos a vosotros, queridos interlocutores, ahora que ha llegado el final de este Sínodo, al tiempo que contemplamos el montón humeante de escombros de la doctrina católica sobre el matrimonio. De aquel imponente edificio sobre cuyos cimientos fue edificada durante siglos la civilización cristiana, no queda casi nada. Aligerado el divorcio, archivada la indisolubilidad, entronizada en el altar del derecho canónico la subjetividad más desenfrenada, de la antigua sacralidad de la nupcias católicas no quedan sino sombras confiadas a la buena voluntad individual y relativizadas por una pastoral que ha neutralizado la doctrina. Eso sí: todo se ha consumado con la exaltación simbólica de la doctrina pero empujándola por sus espaldas al fango de una falsa pastoral.
En esta coyuntura nos ha parecido necesario escribiros, no sin cierto temor, como se escribiría a un amigo a quien se ha dejado de frecuentar hace tiempo y con quien se ha perdido la familiaridad. Vosotros sois aquellos que han intentado en las últimas décadas “salvar lo salvable”, eligiendo una y otra vez siempre un “mal menor” (que coincidía gradualmente y siempre más con el mal mayor); nosotros somos aquellos que han tratado de defender el Bien mayor, con nuestras limitaciones y con las consecuencias que esto implica.
Os escribimos desde nuestros sótanos oscuros, desde nuestros cobertizos convertidos en decorosísimas capillas, desde húmedas capillas privadas de provincia; os escribimos desde nuestros barrocos bajo-escaleras honrados por la celebración de la Misa católica, por la administración de los Sacramentos y por la enseñanza de la recta doctrina.
Os escribimos agradeciendo a Dios, que nos ha concedido la gracia y la fortuna favorable de recalar en estos pequeños espacios, en donde planeamos permanecer mucho más tiempo, y movidos por amistoso espíritu de benevolencia, a pesar de la dolorosa separación teológica que a menudo ha distinguido nuestro intercambio con vosotros.
Podríamos dirigirnos al pasado, reprochando vuestras pías ilusiones, vuestras cautelas, vuestras estudiadas prudencias, incluso, a veces, vuestro calculado desprecio hacia nosotros, pero no lo haremos: preferimos reconocer vuestro dolor sincero de hoy, la perplejidad respecto de la actual aceleración de la crisis de la Iglesia, la consternación frente a los dichos y a los hechos de Bergoglio y sus acólitos.
Aníbal no está a las puertas: se encuentra dentro de la ciudadela de Dios, Aníbal está entronizado en el castillo. Lo que os pedimos, entonces, es un acto de fe y luego, por supuesto, de coraje, y al mismo tiempo un acto de reconocimiento histórico del pasado en conformidad con una eficaz y coherente “hermenéutica de la discontinuidad”. El “católico conservador” ha creído posible redimensionar el alcance revolucionario y subversivo del Concilio Vaticano II, se ha acunado con las ilusiones de la Nota Praevia,ha llorado con el Credo de Paulo VI, juró sobre laHumanae Vitae, aceptó la imposición universal del Novus Ordo, abandonando a menudo la Misa romana a la custodia de unos pocos -y libres. Cuando llegó Juan Pablo II alabó su anticomunismo restaurador, contentándose con que rigiera (al menos periodísticamente) sobre la moral, mientras la vergüenza del ecumenismo y de una eclesiología destartalada y bochinchera salpicaban de escándalos el Cuerpo Místico. Más aún, con Benedicto XVI el “católico conservador” creyó haber tenido ganada la partida, mientras los sutiles y modernistas sofismas del docto bavarés, como en una falsa restauración, insinuaban nuevas etapas del curso revolucionario.
Pensamos que la medicina de la Verdad no puede separarse de la benevolencia: por eso os escribimos hoy, pidiéndoos reflexionar sobre la realidad eclesial y que elijáis el camino angosto de la afirmación de la Verdad católica toda entera, sin simulaciones y sin alteraciones. Esta elección implica una separación, una dislocación de los católicos de hoy en pequeños grupos que se esfuercen y combatan para mantener un católico y vandeano “retorno al bosque”, a la espera de poder volver a las iglesias hoy ocupadas por el culto del Hombre y de sus pasiones antes que por el Culto Divino.
¡Llegó la hora de dar el paso! ¡Llegó la hora de reconocer el árbol por sus frutos! ¡Llegó la hora de decir dónde está el problema: en el Concilio Vaticano II!
Nuestras energías están disponibles, el Buen Combate nos aguarda y nosotros os esperamos a nuestro lado.
Os damos las gracias por vuestra atención.
In Christo Rege et Maria Regina.
Fuente Blog Adelante la Fe.
http://www.adelantelafe.com/ Recomiendo que se suscriban por e mail sus articulos son muy interesantes y acompañan nuestro penar.
Me siento identificado con lo de las capillas ocultas en nuestros garajes, comedores o salas de estar, mientras las Iglesias y Capillas un día rebosante de fieles cada día están mas vacías, y cada vez lo estarán mas, pues los adulterinos, los pervertidos, odian a la Iglesia y odian toda obra que venga de Dios pues son hijos de al oscuridad y no quieren salir de ella, a algunos ganara la Iglesia Herética modernista, surgida del Concilio Vaticano II, el Huevo de la Serpiente, pero hoy con el "Papa Bergoglio" , el Cuerpo Mistico de Cristo esta gangrenado, putrefacto, arruinado... Perros y lobos rabiosos, eso si con olor a oveja, estan destrozando, demoliendo a mazasos la Iglesia, mientras algunos obedientes al grado del fariseismo que tanto critica... Bergoglio... A esos papolatras, que obedecen y obedecerán cualquier herejía inmunda que salga de los modernistas protegidos y alentados por ese que se dice Obispo de Roma, magnánimo en la misericordia... Ese falso católico, que todos dicen iluminado por el Espíritu Santo. Ese y sus secuaces modernirtas no tienen limites en la hora de la destruccion de los pilares que hicieron a nuestra fe catolica y a esos tibios que permanecen obedientes al gran hereje... Esos que dicen pero lo dice el Papa, aunque vaya en contra de todo lo que se nos enseño... Esos son los tibios a los cuales el Señor dice bien claro a los tibios, los vomitare... A donde esta el Opus Dei y sus "fuerzas conservadoras" Mentiras.... Puras mentiras... A donde están las ordenes y organizaciones religiosas pro familia, en vez de ser aplaudidores baratos, de las baratijas que nos ofrece este hombre que se dice nuestro Papa Obispo de Roma, antropocentrista, negador sutil y no tan sutil de la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, de la realeza de cristo, que no es para el otro mundo, sino que como catolicos, tenemos el deber, la obligación de defender para este mundo. En fin yo me adhiero firmemente a las fuerzas tradicionalistas de la Iglesia, que es el unico bastion que quedara, frente a los herejes modernistas. Gott mit uns! De esta opinion en negrita, no tiene nada que ver el Blog adelante la Fe, es un comentario del que yo me hago cargo J.L Ventrice.
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