"Aunque Dios nos lo quite todo, nunca nos dejará sin El, mientras no lo queramos. Pero hay más; nuestras pérdidas y separaciones no son más que por breve plazo."
San Francisco de Sales
Epistolario
Epistolario
ORACIÓN AL FALLECIMIENTO
DE UN SER QUERIDO
DE UN SER QUERIDO
¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de un amigo predilecto; Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas. Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida, por la perdida de aquel que fue deudo queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso. ¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma, para que la purifiques en tu sangre preciosísima y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él! ¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma! ¡Míralas, oh dulce, oh pidadosísimo Jesús! y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido, nos reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón. Amén.
Señor te pedimos en especial por los difuntos de nuestra pequeña comunidad, que este año han partido a la Patria Celestial por las almas de Gaston Olivier y Doña Olga Caputto.
También te pedimos por los difuntos de todas nuestras familias, amigos y bienhechores, te pedimos por las animas del Purgatorio y tambien pedimos especialmente por aquellos que nos persiguen, Dios se apiade de sus almas y tenga en la Gloria del Cielo a nuestros queridos difuntos.
Queridos amigo en este Valle de lagrimas, nos queda el consuelo en la unidad, en la fe y en la perseverancia por la restauración de todo en Cristo. Soldados y milicianas de Cristo, a vencer a las fuerzas de Satanás y a sus esbirros y servidores. !Viva Cristo Rey y Maria Reina! Nuestros queridos difuntos descansen en Paz y brille para ellos la luz perpetua que no tiene fin.
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu infinito amor. Amén.
Concédeles, Señor, el descanso eterno y que les ilumine tu luz perpetua.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
ORACIÓN DE RECOMENDACIÓN
DEL ALMA A CRISTO
DEL ALMA A CRISTO
Señor, te encomendamos el alma de tu siervo(a) ... (mencione su nombre) y te suplicamos, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que no le niegues la entrada en el regazo de tus patriarcas, ya que por ella bajaste misericordiosamente del cielo a la tierra.
Reconócela, Señor, como criatura tuya; no creada por dioses extraños, sino por ti, único Dios vivo y verdadero, porque no hay otro Dios fuera de Ti ni nadie que produzca tus obras.
Llena, Señor, de alegría su alma en tu presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de los excesos a que la llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia.
Porque, aunque haya pecado, jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó, fue celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo.
El mejor homenaje que podemos hacer a nuestros queridos difuntos es pedir Misas por su descanzo eterno en la Morada del Señor. !Viva Cristo rey y Maria reina! Gott mit uns!
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